martes, 15 de noviembre de 2011

Cómo seguir?

Cuando el dolor cae sobre tu cuerpo, sientes tanto miedo que no puedes contenerte. Cada palabra hiere hasta lo más profundo de ti, dejándote totalmente inútil para actuar, haciéndote preso de tus propios pensamientos. El dolor va matándote lentamente, mientras la vida sigue e intentas soportarlo lo mejor que puedes. Las soluciones no existen, no hay posibilidades. Todo está nublado, oscuro, y los caminos son más difíciles o lejanos. La forma en que las cosas van ocurriendo mantienen el cuerpo desorientado y los pensamientos arremolinados, solo divagando de un estado al otro, para volver a enfocarse en el mismo asunto, y es así, como todo te trae devuelta a tu dolor, a tu angustia, y sin querer, vuelves a pensar en lo mismo una y otra vez. Nadie puede entenderte, porque el dolor que sientes es intransferible, ni siquiera encuentras palabras para expresarlo. El llanto te desahoga, sólo por unos momentos, hasta que se vuelven a acumular recuerdos y palabras no dichas en tu garganta y todo vuelve a estallar otra vez.  Ni siquiera tienes las noches para estar en paz, hasta tus sueños confabulan en contra de ti, y ya no estás a salvo en ningún lado... todo lo que ocurre lo hace sin descanso, y tu cuerpo ya no puede más con tanto sufrimiento. No sabes si eres capaz de soportar otro día de esta forma. Así, comienzas a levantarte cada día con menos ánimos, armando rutinas anti soledad, pero cuando menos lo esperas, fallan, y ahí estás, sola frente al mundo, otra vez con tus pensamientos y con la angustia a flor de piel. No estás a salvo en ningún lado, porque eres tu quien se persigue a si misma, es tu propio dolor el que no te deja vivir, es todo lo que te rodea lo que te hace sufrir. Ya no ves colores, no ves sentimientos alegres, no ves ni quieres ver nada más que esto, porque no hay otra cosa para ti hoy, porque el soportar lo que te ha tocado te hace convivir con el dolor. Cada momento, te recuerda quién eres, pero es imposible soportarlo, y así, cada instante, luchas contigo mismo, intentando continuar, y luchando con el impulso de darle fin a tal tortura. No, ya no puedes, los días son eternos. Miras hacia adelante y crees ser incapaz de continuar. Te mueves por inercia. Necesitas ayuda, pero no la tienes.

3 comentarios:

  1. Harley...
    MyGod... si estuviese en mis momentos normales de seguro te alentaría diciendote "eres fuerte" y cosas de ese estilo, pero, hoy por desgracia no lo haré. Este escrito me ha identificado mucho... es como si hubiese dado un tiro perfecto a mi corazón, yo me estoy empezando a sentir de la misma manera, y quiero cambiarlo todo... cambiar mi mundo y empezar de nuevo, pero, después de tantos intentos sin resultados... baahgadsfgf... cero esperanza.
    Véamos si la vida se pone un poco más amable ¿no? suerte.

    ResponderEliminar
  2. Si necesitas ayuda yo te la doy, toda. Mira mi blog, si quieres, no solo la última entrada y ya verás quien es éste que te escribe.

    ResponderEliminar
  3. Duele mucho a veces, pero esta el uno el perdonarse para poder continuar, a veces uno mismo tiene que salvarse en vez de pedir ayuda.

    ResponderEliminar

♥ Deja tu comentario. Gracias!!!