miércoles, 17 de abril de 2013

VIII



Un detalle, que puede volver todo en tu contra. Una palabra, un recuerdo que te recuerda cuán miserable eres.
Piensas en todo lo que ha pasado. Miras a tu alrededor... ahogas las penas mientras fumas un cigarro mirando el cielo. La noche te envuelve y el dolor comienza a volverse más intenso. Tomas otro cigarro, tal vez éste sea mejor que el anterior. Sigues bebiendo, como si con cada trago pudieras olvidar algo... pero sabes que mañana recordarás todo, como siempre...
Te acuestas en el suelo. No quieres cerrar los ojos, tienes miedo de dormir. No puedes permitirte soñar eso otra vez... sabes que duele demasiado... mientras pasan las horas, tus ojos piden descanso... sigues luchando contra ti misma, no deseas dormir ahora. Duermes. Ahí aparece otra vez ese sueño. Laberintos, escaleras, te pierdes... silencio, luego música... te caes... nadie aparece a ayudarte. Volteas y está ahí... corres pero sabes que no puedes esconderte. Sigues recorriendo el lugar, bajando más y más... rogando que alguien aparezca. Caes varias veces más. Sientes el dulce aroma de la sangre envolviéndote. Te sigue, no soportas la tensión. Te das cuenta que esa sangre no es tuya.. ¿qué ha pasado? Oh, si, lo recuerdas... recuerdas también que te siguen... y te das cuenta que no hay nada para ti. Estás confundida. ¿por qué huyes, si no tienes nada más? Por miedo tal vez. No quieres escuchar lo que viene a decirte, escapas aunque no haya salida. Sigues en los pasillos. Charcos con agua... Tierra, arañas... más agua... el lugar está más oscuro. Sientes que los pasos se acercan... oh, un espejo roto... tal vez una parte me sea útil... Terminas con la tortura.

1 comentario:

  1. Wow, no se que decir. Me meto en lo que escribes. Muy lindo. Saludos :)

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